CAPÍTULO VIII

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Como ya era tarde y estaban muy cansados, pensaron que podrían dejar la búsqueda para el día siguiente. Carmen quería que su primo Javier se quedara a dormir para ver si entre los tres se les podía ocurrir cuál sería el largo y ancho paseo.
Carmen le preguntó a su madre:
-¿Mamá, puede quedarse a dormir Javier esta noche?
- A mí no me importa-le contestó-, se lo tendrías que preguntar a su madre.
- Pero, ¿para qué quieres que se quede?
-Para que nos ayude a encontrar una piedra mágica.
La madre pensó: “¡Qué imaginación tienen estos críos”! y saliendo de la habitación les dijo:
-Chicos, ¡os dejo con vuestra búsqueda!
La madre de Javier le dio permiso para que pasara la noche con sus primos.
Los niños no hacían más que pensar en la pista y a Miguel se le ocurrió que podían ser las marismas porque es un largo paseo.
Javier le dijo:
-Miguel, no estoy muy seguro de que sean las marismas, porque sí es verdad que es un paseo largo, pero no es ancho.
-Tienes razón-, contestó Miguel- ¿se os ocurre otra idea?
Al cabo de un buen rato Carmen dijo:
-Como no se nos ocurre nada, es mejor que lo dejemos para mañana.
Javier no podía dormir y se quedó pensando en la pista. Por la mañana temprano, muy contento, despertó a sus primos y les dijo:
- ¡Ya sé, en el paseo marítimo!
Desayunaron nerviosos y rápidamente cogieron sus bicis y se dirigieron al paseo marítimo. Dieron varias vueltas al paseo y no encontraron nada. Al cabo de un rato Miguel comentó:
-Estoy sediento, voy a por una botella de agua.
Al salir de la tienda se tropezó con una loseta que se movía y se cayó. Javier y Carmen salieron corriendo para ver lo que le había ocurrido.
-¿Qué te ha pasado?- preguntó Javier.
-¿Te has hecho daño?-
-Me he tropezado con esta loseta- respondió Miguel.
Carmen pisó la loseta y ésta se levantó por el otro extremo, entonces vio brillar algo verde debajo, metió la mano y sacó la piedra.
-¡La encontramos! -gritaron los niños entusiasmados.
Fueron corriendo a casa, metieron la piedra en el cofre y esperaron unos instantes, pero no apareció nada.
-¡Qué raro!, si cada vez que metíamos una piedra en el cofre salía una pista-dijo Miguel muy confuso.
A los cinco minutos sonó el móvil de Carmen con un mensaje:

AMARILLA SOY Y ENTRE UNA VARIEDAD DE PUESTOS Y FRUTAS ESTOY


ALUMNOS/AS DE 5º B
CEIP FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS

1 comentarios:

Unknown dijo...

Éste sí que es una parte de la historia, me encanta, sobre todo cuando dice lo del móvil, me hace mucha gracia, jajaja.